IMPACTO DEL ESTADO DEL MEDIO AMBIENTE EN LA SALUD

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. La cita procede del Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, que fue adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Nueva York del 19 de junio al 22 de julio de 1946, firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados y no ha sido modificada desde 1948.

Esta definición resulta de la idea de que la condición de supervivencia de todo organismo vivo, incluido el humano, es la capacidad de mantener un equilibrio constante para tener una buena condición de salud interna y externa, compensando los cambios del entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior (metabolismo), constituyendo una serie de mecanismos de autoregulación.

Son estos cambios en el entorno los que afectan en mayor medida a la salud. Los cambios en el medio ambiente (en la mayoría de ocasiones provocados por la acción del ser humano) pueden ocasionar una alteración de las condiciones idóneas de vida para los seres vivos, provocando un perjuicio en su adaptabilidad, reduciendo significativamente la posibilidad de supervivencia para la mayoría de las especies, incluidos los humanos.

Y es que nuestra salud está determinada en gran medida por el entorno en el que vivimos (sin olvidar, claro, otros factores conductuales como nuestros hábitos de vida, consumos, descansos, etc.)

El ser humano ha estado sujeto al entorno natural durante cientos de miles de años. Y durante mucho tiempo su presencia en el medio ambiente y su impacto en la naturaleza fue pequeño, casi imperceptible. Con el paso del tiempo, el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la industria y la explosión demográfica (con un auge acelerado desde la revolución industrial), los cambios en el entorno natural han visto una aceleración enorme, quizá más rápida de lo que el planeta ha podido ir adaptándose.

Como resultado de la sobreexplotación y el manejo irracional de los recursos naturales, enormes áreas de bosques han sido destruidas; nos enfrentamos cada vez más a sustancias nocivas (en el aire que respiramos, en el agua que bebemos y en el suelo en el que crecen las plantas y que luego constituyen nuestro alimento y el de los animales), han desaparicido ya cientos de especies de animales y vegetales (y cada año, más y más de ellas entran en peligro de extinción). En definitiva, el progreso realizado en nombre «del bien del ser humano y el desarrollo el planeta» es hoy en día tan necesario como amenazador para la salud y la vida del mismo.

El cuerpo humano reacciona de una forma muy característica a los negativos factores que lo afectan desde el exterior. Esto es especialmente cuando los factores afectan a una persona de manera continua o muy frecuente. Dentro de un marco y unos valores determinados, los seres vivos tenemos una serie de mecanismos de adaptación que pueden asegurarnos el mantenimiento de una buena salud incluso cuando la influencia de los factores nocivos es duradera. Sin embargo, cuando se exceden estos valores normalmente hay una perturbación en el funcionamiento del cuerpo, aparecen estados de enfermedad y síntomas con una amplia gama de dolencias tanto físicas como mentales resultantes de trastornos funcionales. Una exposición más prolongada a factores nocivos puede debilitar el sistema inmunitario, provocando una disminución de la vitalidad y un grave perjuicio para nuestra salud.

A pesar de todo, existe una amplia legislación y control por parte de los estados y las distintas comisiones de salud de entidades como la OMS que se encargan de vigilar, medir y evaluar los diferentes cambios medioambientales con el objetivo de mantener unas buenas condiciones para la vida.

Pero todo empieza en nosotros mismos, tanto a nivel individual como desde las empresas y, en general, desde el sector industrial debe partir la instauración de lo que se ha venido a denominar “conciencia ambiental”, es decir, la preocupación por el medio ambiente como sinónimo de la preocupación por la salud del planeta y todos los seres vivos que habitamos en él. Dicha conciencia ambiental parte de una responsabilidad ambiental, es decir, la obligación de poner en marcha medidas que prevengan o, en su caso, reparen los daños medioambientales que ocasionemos, devolviendo los recursos naturales dañados al estado en el que se encontraban previamente.

En España hay numerosa legislación en cuanto a la regulación en materia de medioambiente. Tanta que en ocasiones es difícil no perderse entre las más de 20 leyes regulatorias que existen. Pero, si tenemos que partir de una fundamental, ésta es la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental. Esta ley establece las bases que deben regir la evaluación ambiental de los planes, programas y s que puedan tener efectos significativos sobre el medio ambiente, garantizando en todo el territorio del Estado un elevado nivel de protección ambiental, con el fin de promover un desarrollo sostenible, mediante:

  • La integración de los aspectos medioambientales en la elaboración y en la adopción, aprobación o autorización de los planes, programas y proyectos;
  • el análisis y la selección de las alternativas que resulten ambientalmente viables;
  • el establecimiento de las medidas que permitan prevenir, corregir y, en su caso, compensar los efectos adversos sobre el medio ambiente;
  • el establecimiento de las medidas de vigilancia, seguimiento y sanción necesarias para cumplir con las finalidades de esta ley.

Asimismo, esta ley establece los principios que informarán el procedimiento de evaluación ambiental de los planes, programas y s que puedan tener efectos significativos sobre el medio ambiente, así como el régimen de cooperación entre la Administración General del Estado y las comunidades autónomas a través de la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente.

Hoy, 5 de Junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, en conmemoración de la Conferencia Científica de las Naciones Unidas (también conocida como la Primera Cumbre para la Tierra), celebrada en Estocolmo del 5 al 16 de junio de 1972, la cual adoptó una declaración que enunciaba los principios para la conservación y mejora del medio humano y un plan de acción que contenía recomendaciones para la acción medioambiental internacional. La finalidad de este día es la de dar a conocer los problemas medioambientales que dañan la vida en nuestro planeta, sensibilizar a la población mundial acerca de la importancia de cuidar nuestros ecosistemas y fomentar el respeto al medio ambiente, y actualmente, el Día Mundial del Medio Ambiente es celebrado en más de 100 países.

Este año, el lema de la campaña es #SoloUnaTierra y hace referencia a la necesidad obligada de cuidar nuestro planeta del calentamiento global y la escasa capacidad de adaptación de las personas y la naturaleza al ritmo en el que éste se está produciendo. Porque nos guste o no: Tierra solo tenemos una.

Pero desde el punto de vista de las empresas… ¿qué soluciones específicas se pueden implementar para la protección del medio ambiente?

La verdad es que hay multitud y nadie mejor que cada uno sabe aquellos ámbitos en los que puede fomentarlo, pero os vamos a dar algunas ideas:

  • Reducir la generación de residuos.
  • Colocar contenedores de separación de residuos.
  • Introducir fuentes de energía renovables: Energía eólica (turbinas), Energía solar (paneles y colectores solares), Energía hidroeléctrica (centrales hidroeléctricas).
  • Instalar filtros de chimenea eficientes
    Esto es importante especialmente en el caso de tecnologías más antiguas, porque retienen gran parte de la contaminación. Las tecnologías modernas suelen tenerlos como estándar.
  • Implementar equipos de ahorro de agua y energía.
  • Sustituir equipos antiguos por sistemas más eficientes energéticamente: reemplazar el combustible con menos emisiones (gas natural en lugar de carbón) o cuidar el aislamiento del edificio.
  • Remplazar combustibles, bienes y materiales ecológicos para la producción.
  • Utilizar envases reutilizables.
  • Disponer de espacios verdes en la oficina y fuera de la empresa.
  • Facilitar en la plantilla el teletrabajo y promover la utilización de formas más ecológicas de transporte por ejemplo, transporte público o bicicleta.
  • Establecimiento de una estación de carga de vehículos eléctricos en las instalaciones de la planta.

 En definitiva, desde nuestra individualidad como seres humanos hasta la actividad que generan nuestras empresas, depende de todos y todas cuidar el planeta. Mantener una conciencia medioambiental y conmemorar el Día Mundial del Medio ambiente todos los días nos hará tener cada vez un mundo un poco más sano.